BLOG COMPLEMENTARIO

8 jun 2015

3106.- TÉCNICAS DE AFRONTAMIENTO



En este capítulo vamos a iniciar el camino del conocimiento más específico de las diversas técnicas de autorregulación emocional; …pero, -y aunque resulte sumamente repetitivo- os aconsejo que releáis los 5 capítulos anteriores para que volváis a sintonizar con ese principio básico de todo mi planteamiento, con el que podréis estar de acuerdo, o no, pero que en base al mismo tiene lógica y consistencia todo lo siguiente: <<una alteración emocional no es más que el resultado de “envolver” un hecho real en un contexto añadido de pensamientos y sentimientos al respecto, y que para encontrar el camino adecuado de su reconducción debemos conocer y separar muy bien unos de otros.>>
 

Bien, pues bajo este planteamiento, vamos a entrar en la pormenorización de las diferentes estrategias, cogiendo como punto de partida gráfico la siguiente imagen cedida por el profesor de la Universidad de Alicante D. Antonio Vallés Arandiga, ya citado en diferentes partes de este Curso



Con dicho marco delante, vamos a echar un primer vistazo sobre el mismo, comprendiendo su técnica de construcción.

Este cuadro debemos analizarlo con una revisión circular, en el sentido contrario a las agujas del reloj, y dividido en tres grandes grupos (1), (2) y (3) tal como se ven en la imagen siguiente….


…. pero que en realidad es un “proceso continuo”, o un círculo que se cierra sobre sí mismo


Así, que lo primero de todo de todo es “definir” la naturaleza del estrés, ansiedad, o desequilibrio que sentimos, de lo que hemos hablado en los  capítulos anteriores.

El “hecho” objetivo (o situación) que nos produce esa sensación de malestar es único y preciso, algo objetivo. Pero ese hecho, o situación nos afecta, nos altera, o nos supera  (clasificación sencilla, algo generalista, pero comprensible) por ser contrario a :

  •  nuestras expectativas; a lo que “esperábamos” que sucediera
  •   las metas u objetivos que nos habíamos fijado
  •   a nuestros valores y sentimientos morales, filosóficos, o conductuales habituales

Es, pues, imprescindible ser capaces de distinguir claramente el por qué de nuestra afectación: si nos está “molestando” porque nos sentimos “sorprendidos” y fuera de lo que teníamos previsto; porque pensamos o sentimos que nos está impidiendo lograr lo que pretendíamos; o porque nos rebelamos por ser algo contrario a nuestra forma de pensar, sentir, o actuar.

Hay un principio básico, fundamental, de la técnica informática de programación, que dice que la relación de tiempo y problemas en la realización de los programas es inversamente proporcional al tiempo que se dedique al análisis funcional. Es decir: que las cosas hay que estudiarlas y definirlas bien en su origen, porque todo lo que “hagamos” después va a estar condicionado por ese análisis y definición inicial.

Si no somos capaces de distinguir claramente qué y por qué nos afecta, si no hacemos bien la “atribución de responsabilidad” de la que hablábamos en el capítulo 3104, será mucho más difícil que apliquemos sistemas de  “auto”-regulación emocional correctos.

Veamos unos ejemplos: 

Expectativas: Tenemos mucha ilusión de ir al cine con la familia, a ver una película que consideramos que es muy buena y a todos nos apetece. Cogemos el metro, llegamos al cine, ….y no hay entradas, está todo lleno. ….Y nos ponemos nerviosos, enfadados, huraños, y discutiendo unos con otros sobré qué hacer….o incluso echándose culpas por no haber pedido las entradas por móvil, etc….

Metas u objetivos personales: Nos dedicamos durante un año a preparar unas oposiciones …..y al final no conseguimos una de las 3 plazas disponibles. …..para las que se presentaban 120 candidatos…. Pensando, o sintiendo, que somos un inútil y que hemos perdido un año de nuestra vida; …o incluso, que  ¿¡y ahora qué camino me queda!? ….

Principios y valores: Estamos tomando unos montaditos en un bar y en la mesa de al lado, con tono fuerte, hablan de los “infames” planteamientos político sociales de los movimientos ciudadanos; …y sentimos que se nos revuelven las tripas…. y hasta nos da ganas de “decirles cuatro cosas”, …o de tirarles “por descuido” un vaso de vino o la salsa Ketchup por encima

Luego profundizaremos en cómo afrontar cada situación. Ahora lo que he pretendido con esos ejemplos es remarcar, una vez más, la diferencia entre el hecho objetivo externo y nuestra afectación personal interna.


En segundo lugar, la imagen base anterior recoge lo que se conoce como “tipos de evaluación” de la situación



Y aquí lo importante es conocer que hay dos fases en esta evaluación: la evaluación “primaria” y la “secundaria”. La primaria se centra en valorar los efectos reales de ese hecho o situación adversa sobre nuestra realidad, actual o futura, mientras que la secundaria se refiere a la valoración de las posibles o probables soluciones.

La evaluación primaria trata de “centrar realmente la magnitud del problema” y en ello tiene especial relevancia lo que se recogía en el capítulo 3103 anterior y del “grado de vulnerabilidad” de cada uno

La evaluación secundaria trata de valorar nuestras capacidades reales de lograr reconvertir la situación, por nosotros o por ayuda externa, y la validez, o eficacia permanente de la solución alternativa


El tercer grupo de la imagen trata de reflejar el conjunto de las que habíamos enumerado como “técnicas de afrontamiento”, según la clasificación del  “centro de atención” sobre el que se actúa: el problema, las emociones, o lo que se recoge en dicho cuadro como “significado”



En capítulos posteriores profundizaremos en el conjunto de todas las técnicas que quedarían englobadas en este bloque (3) del cuadro, pero ahora quiero detenerme en lo que se denomina “afrontamiento centrado en el significado” ; ….y quiero hacerlo apoyándome en la siguiente imagen…


 …que expresa ese cierre de círculo, o “proceso completo” al que me refería anteriormente.

Si ampliáis la imagen, veréis que el “afrontamiento centrado en el significado” se traduce en un  “reinterpretar la situación”, es decir: “ver” la situación con unos ojos, -o perspectiva- emocionales diferentes; o dicho de otro modo: aceptar y asumir la situación en su realidad, pero variar la forma de sentir sus efectos en nosotros.

No obstante, y como veremos en capítulos posteriores, esta reinterpretación de la situación no tiene por qué quedarse sólo en una reinterpretación cerebral, pues he insistido muchas veces desde el comienzo del curso que la persona es un todo indivisible de mente y cuerpo, de pensar, sentir y actuar, y la  “reinterpretación de la situación” puede ser inmediatamente de actitud y acción.

Por ejemplo, volvamos al primero de los casos vistos anteriormente: la imposibilidad de ver la película que queríamos ver. Un eficaz afrontamiento de la situación mediante esta “reinterpretación de la situación” sería no centrarse –sufriendo- en la “imposibilidad” de ver esa película en concreto, sino en la posibilidad  -y “deseo”-  de ver otra película alternativa para la que sí haya entradas

Bien, por hoy lo dejamos con esta simple presentación gráfica del marco de técnicas y estrategias de afrontamiento, que con tanta amabilidad me cedió el profesor Antonio Vallés.

En el siguiente capítulo profundizaremos un poco más en el significado de cada uno de los bloques.









No hay comentarios:

Publicar un comentario