BLOG COMPLEMENTARIO

24 may 2015

3105.- PRINCIPIO Y FIN DE LA AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL





Con el título que he puesto a este capítulo quiero indicar que el contenido del mismo es precisar un poco más  “el qué”  y  “el para qué” de lo que denominamos auto-regulación emocional.
 
Podríamos sintetizar el tema diciendo que -teóricamente- hay dos principales enfoques al respecto:
     A.- Lo importante son las técnicas de afrontamiento
     B.- Lo importante es conocer el origen de la afectación

Personalmente me inclino por considerar esta dualidad como una mera “parcialización” del tema. Recordad la definición conceptual que yo daba de la auto-regulación emocional


y el principio, o proceso operativo que proponía al respecto



Por ello, en definitiva




Siguiendo a Lazarus y Folkman, podríamos establecer que el conjunto de estrategias de afrontamiento serían el resultado de la combinación de estos dos grupos de tres enfoques



Antes de entrar en los aspectos conceptuales de las estrategias que aparecen en el cuadro anterior, es conveniente prestar atención a lo que se denomina “grado de estresamiento” o “Vulnerabilidad”. Esto es importante para podernos responder a esas preguntas que planteaba antes: “¿Qué nos afecta, cómo, y por qué?”

Veamos el siguiente cuadro sobre los distintos tipos  “reales” de factores de estrés


Este cuadro nos muestra dos aspectos muy relevantes para nuestra capacidad de vencer situaciones adversas, o estresantes.

En primer lugar la diferenciación (técnica) entre “Eustrés”, o estrés positivo, y “Distrés” o estrés negativo (que es a lo que popularmente se asigna el término de estrés). 

El sentido del cuadro se completa con esa diferenciación de tres tipos de estresores:

Los cotidianos: “esas pequeñas cosas de la vida” que a todos nos suceden, o pueden sucedernos, y que suponen una plataforma de aprendizaje y crecimiento personal. Son, pues, potenciales generadoras de “eustrés”. Estarían en el plano normal de “las cosas que suceden”  y no en el patológico de “las desgracias que solo me pasan a mí”

El segundo grupo serían los estresores múltiples. Estos estresores no son los ordinarios de la vida en cuanto que suelan pasar o acontecer a cualquiera, sino que se dan con menor frecuencia. En principio, en la medida que las personas estén más capacitadas (“Resiliencia”, de la que luego hablaremos) y “forjadas”, no debieran crear grados de distrés significativos. Dicha situación se alcanza cuando realmente llega a apoderarse de nosotros la sensación de impotencia y desbordamiento ante la situación

Y, finalmente, están los denominados estresores únicos, que son aquellos que se producen con carácter muy excepcional (una guerra, unas inundaciones, un accidente con muertos de allegados, etc…) y ante los que nuestro principal sentimiento es de “incontrolabilidad”, es decir: que no está en nuestras manos la posibilidad de hacer nada para remediar la situación. Y ante este tipo de sucesos es cuando más importante es aplicar la capacidad a la que tiende este curso, de que no son los hechos que suceden los principales causantes de nuestros estados de ánimo, sino nuestra forma de afrontarlos.

De qué depende realmente que una persona concreta se vea más afectada que otras por un determinado estresor?. Del  “grado de Vulnerabilidad”: La probabilidad de que una persona reaccione de forma desadaptada a la influencia de un determinado hecho o situación. Y ¿de qué puede depender?

  •   De sus características de personalidad.
  •   De falta de ciertas habilidades  (sociales, conocimientos…)
  •   De factores hereditarios. 
  •   De algún tipo de enfermedad.
  •   De un nivel de cansancio extremo.
  •   De acumulación de experiencias, negativas.

Considero que este Curso no es el lugar adecuado para profundizar en aquellos casos o estados de vulnerabilidad, sus causas, efectos y tratamientos, que puedan afectar a ciertas personas de forma tal que se encuentren en una situación psíquica y mental requirente de tratamientos específicos al respecto. Creo que este Curso debe limitarse a ser una plataforma de ayuda para lograr un mayor grado de bienestar a la mayoría del común de las personas que lo podáis estar siguiendo. Creo que este Curso puede sernos útil a todos trabajándonos individualmente a nosotros mismos y en el hábitat normal de nuestro día a día. 

Por ello, voy a obviar detenerme más en este aspecto, pero sí he querido citarlo para que seamos conscientes de que hay razones objetivas y ciertas para que las cosas nos afecten a cada uno de forma diferente. Todo lo que voy a seguir explicando en esta Sección 31 es aplicable -y válida- para todos y cada uno de nosotros, pero a cada cual en grado diferente. Y esto es lo que debe llevarnos a comprender y tolerar a los demás, sus situaciones particulares de estrés y sus reacciones consecuentes.


En los capítulos siguientes iremos trabajando las interrelaciones de estas seis vías de afrontamiento de situaciones estresantes y de sus efectos pero antes debemos ver  -aunque sea en esquema- una subdivisión de las tres primeras, o, más exactamente, una enumeración de las posibles líneas de acción
 

La gran diferenciación que sacaremos al final de la Sección 31 es la recogida en el apartado A.- : la diferencia entre “Coping”, que son las estrategias de afrontamiento del momento y ante situaciones concretas que puedan aparecer, y la “Resiliencia”, que es la capacidad adquirida (la forma de ser) que nos permite tener una “actitud” normal de resolución de esas situaciones

Las alternativas del apartado B.- son las más sencillas de comprender. Está clara la diferenciación entre recursos propios y ayuda externa; y, las tres alternativas a.- b.- y c.- son posibles tanto como propios como aportados por terceros, aunque más adelante veremos por qué las encuadro en las “propias”

a.- Recursos “racionales-valorativos” son los que logran reconducir la situación en base al adecuado análisis y valoración-ponderación de la esencia y efectos de la situación de estrés

b.- Recursos “físicos” son los proporcionados por acciones de nuestro propio cuerpo, principalmente la respiración adecuada, y pueden ser tanto de activación como de relajación

c.- Y Recursos anímicos son los referentes simplemente a “sentirse mejor”, sin analizar ni actuar sobre las causas, ni con específica actividad física; como puede ser escuchar una determinada música que nos guste

Finalmente, el grupo C.- nos muestra las cuatro “motivaciones”, o funcionalidades, de las diversas estrategias de autorregulación, tal como se especifica en el cuadro.


Visto lo anterior, finalizaremos el capítulo rogándoos realicéis este pequeño ejercicio, que os posibilitará sin duda una más fácil comprensión de lo que encontraréis en los capítulos siguientes


Se trata de hacer una relación de 3-5 situaciones de estrés habituales en vosotros (podéis utilizar las de los ejercicios de los capítulos anteriores) y tratar de ver qué recursos utilizáis vosotros normalmente para reconducir las situaciones, y con qué funcionalidad o finalidad


Una vez hecho, tras estos primeros 5 capítulos de esta Sección 31, ya estaremos en condiciones de comprender el verdadero alcance de este cuadro
















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