El comienzo de
este capítulo debe ser una pequeña disculpa, ya que he decidido dar un pequeño
cambio de enfoque a esta Sección 22 que comencé hace unos días con el anterior capítulo
2201 pero que hoy he trasladado a una “Nota operativa”.
Os decía en
aquél capítulo que para entender bien mis planteamientos de esta Sección 22
consideraba conveniente hacer un pequeño repaso de la Primera Parte en cuanto
al enfoque de lo que denomino “proceso
de Gestión Emocional”, que constituye la esencia de este Curso.
Así que voy a
tratar de centrar el tema con vosotros: Como indica su codificación (22)
estamos en la Segunda Parte del Curso, denominada “AUTOCONOCIMIENTO EMOCIONAL”;
denominación que se corresponde exactamente con la primera de las 5 “habilidades” de la I.E., que veíamos en el
capítulo 1302
En la Sección
Primera (21) de esta Segunda Parte del Curso, denominada “Personalidad y
Comportamiento”, hemos trabajado los aspectos que pueden capacitarnos para
conocernos mejor, sabiendo distinguir los “rasgos de personalidad” con los
“tipos de comportamiento” para
lograr el objetivo básico -que según mi
particular visión debe caracterizar un “proceso de gestión emocional”- de plantearse, y poder responderse a la
pregunta: “¿me comporto como realmente soy, o hay discrepancia en cómo me
comporto y como creo que realmente soy? ; y ¿porqué?, …o …¿para qué? de este comportamiento
A lo largo de
los 13 capítulos de la sección 21, y con los dos test de la misma, hemos podido
ir conociendo muchas características de nuestro comportamiento…., que solo
puede ser contemplado realmente como “en relación” a los demás. Difícilmente
podemos hablar de características de personalidad, o de tipos de comportamiento,
pensando en una persona aislada. Todo lo visto en esos capítulos hace relación
a los demás.
Sin embargo, esa
fundamental pregunta de “si somos” o
“nos comportamos” tiene otras dimensiones que los tratadistas de la I.E.
definen de forma específica en otras dos
“habilidades” de la misma: la
“Empatía” y las
“habilidades sociales”; ésta última denominada por mí como
“Sociabilidad” como ya dejé señalado en el citado capítulo 1302, y que en esta
Sección profundizaremos.
Vamos a comenzar
para ello recordando la definición de I.E. de Peter Salovey y John D. Mayer que dimos en el capítulo 1301
“Un subconjunto
de la inteligencia social, que comprende la capacidad de controlar los
sentimientos y emociones propios, así como los de los demás, discernir entre
ellos, y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras
acciones hacia nuestro objetivo de vida”.
Y que yo
expresaba con la siguiente imagen gráfica
Y, para comprender cuál es la perspectiva que
informa mis planteamientos de este tema, comenzaré con esta primera propuesta:
“nuestra actitud ante los demás, viene condicionada por tres vectores
principales de influencia”; que pueden
entenderse bajo las siguientes preguntas:
A.- Inter-personal
: Cómo valoro a los demás
*.-
¿qué
respeto / no respeto de los demás?
*.-
¿qué
admiro / odio de los demás?
*.-
¿qué
admiro / envidio de los demás?
B.- Intra
personal : Cómo me valoro a mí mismo
*.-
¿qué
me gusta / no me gusta de mi?
*.-
¿qué
valoro principalmente en mí?
*.-
¿qué
rechazo profundamente de mí?
C.- Vital : Cuál
es mi objetivo de Vida
*.-
¿siento
que camino hacia mi objetivo?
*.-
¿avanzo
por este camino en soledad?
*.-
¿en
qué medida integro los objetivos de los demás?
Es decir: mis
reacciones y actitudes ante los demás dependerán de la valoración que en cada
momento, suceso, o situación hagamos de
cómo las actitudes de los demás, y la nuestra propia, pueden propiciar o
dificultar el logro de nuestros objetivos personales.
En segundo
lugar, para comprender dicho funcionamiento, o interrelación, pienso que es necesario
verlo a través de cuatro conceptos intervinientes, que iremos desgranado a lo
largo de los capítulos de esta sección:
a).- La Impulsividad
b).- La Autoestima
c).- La Empatía
d).- La Sociabilidad
Comenzamos, pues,
con el tema de la IMPULSIVIDAD.
(Os recuerdo que
en los capítulos 1201 a 1204 ya hablamos del concepto de la Impulsividad en
relación al Locus de Control emocional, y en concreto en el 1203 ponía a
vuestra disposición un Test de Impulsividad. Por tanto, además de poder revisar
esos capítulos, el que no hiciera en su momento este Test ya sabe que puede
solicitármelo mediante este enlace)
“Impulsividad” ¿es lo mismo que “Falta de control”? Cuando decimos que
una persona se comporta de forma impulsiva, ¿estamos diciendo que lo hace de
una forma descontrolada?
Veamos la
siguiente imagen gráfica del impulso y reacción emocional
Recordemos que
todas nuestras emociones están generadas por un suceso o detonador. Esto lleva a una acción emocional reactiva
inmediata, y a un sentimiento o estado de ánimo más sosegado. En esa amplitud
temporal -más o menos corta- se generan, o pueden generarse procesos
(cognitivos) de razonamiento que pueden /deben modificar o regular tanto
nuestros estados de ánimo como nuestras posteriores acciones.
Pues bien, con
esta imagen delante, podríamos decir que
la impulsividad es la “fuerza” de reacción emocional inmediata, generada de
forma automática, fuerte, e instantánea,
mientras que el descontrol hace más relación a un estado de ánimo o a una pauta
conductual.
Pero
profundicemos un poco más.
Examinemos el
término “Descontrol” en sus dos habituales acepciones:
1.- Como equivalente a poco “auto-control”, o poca “auto-disciplina”
Bajo
esta perspectiva, diríamos que las personas con una alta impulsividad
“reaccionan” casi de inmediato: no pueden resistirse a “hacer” (positivo o negativo) lo que quizás
no quisieran hacer. Sin embargo, las personas con escasa “auto-disciplina” no son capaces de hacer lo que
creen debieran hacer
2.- Como equivalente a “pérdida de control”
La
pérdida de control supone una incapacidad para retomar con nuestros
pensamientos o actitudes comportamentales el adecuado estado emocional
posterior a una reacción emotiva
inmediata anterior
Podríamos decir,
bajo esta perspectiva, que una persona “impulsiva” es la que “primero actúa y
luego piensa” (o popularmente: la que tiene “un pronto”)…pero luego puede
pensar y retomar su control emocional; mientras que una persona “descontrolada”
tiene dificultad para gestionar sus estados emocionales
Pero para
completar esta visión de nuestro comportamiento, también es importante examinar
otra confusión habitual en las denominaciones “impulsividad” y “apasionamiento”.
Vamos, pues, a tratar de dar una pincelada conceptual para distinguir ambos
conceptos; si bien, debemos recordar lo que tanto traté de dejar bien de
relieve en los capítulos 1401 y siguientes respecto a la falta de unanimidad doctrinal
a la hora de la denominación de las emociones, de sus “familias” y de sus
“grados”.
Así, con esa
salvedad previa, podríamos decir que toda persona “apasionada” es impulsiva,
pero no toda persona impulsiva es apasionada; y esto es así porque el
“apasionamiento” es “arrastradero”, “anulador” de nuestra
capacidad de raciocinio.
En el
diccionario de sinónimos apasionamiento se asemeja con adoración, afán, vehemencia, ardor,
entusiasmo, calor, fanatismo, idolatría, partidismo. Y el diccionario Gauss utiliza la
expresión “Pasión” como: “Palabra que
deriva del latín y quiere decir sufrimiento. La pasión es una inclinación hacia
alguien o algo excesiva y exclusiva. A esta emoción la acompañan siempre sufrimientos,
desengaños, tormentos e ideación fija. Con la pasión el equilibrio
mental se trastoca y uno se implica en cualquier decisión que incluya el objeto
pasional”.
Con
independencia de que no estoy totalmente de acuerdo con “el siempre” para las
tres palabras señaladas en cursiva, como se puede ver por estas concepciones,
el apasionamiento es todo lo contrario a un “pronto”; es, sobre todo: un estado
emocional y no una reacción emocional
Como conceptos antónimos
del apasionamiento están la frialdad y
la imparcialidad; y una persona con gran impulsividad “actúa” –siempre- y ni se plantea el concepto de parcialidad o
imparcialidad
Vamos a acabar
este capítulo con estos planteamientos, y veremos cómo en los próximos esta
concepción de personalidad impulsiva, o no impulsiva; apasionada, o fría,
tienen su influencia en la Autoestima, la Empatía y la Sociabilidad.
me pareció un articulo muy interesante y de muchas importancia conocer temas de auto conocimiento y temas de inteligencia emocional; ya que nos ayudará a mejorar nuestras conductas a través de nuestro desarrollo profesional y personal.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
EliminarSí, conocernos mejor, a nosotros mismos, nos permite comprender mucho más a los demás, y ello, nos permitiría hacer un mundo mejor.
Un abrazo