BLOG COMPLEMENTARIO

22 sept 2015

3303.- DOS VISIONES CIENTÍFICAS DE LA DES-MOTIVACIÓN



Finalizábamos el anterior capítulo anunciando que en el siguiente volveríamos sobre el mismo tema pero bajo la perspectiva concreta de dos trabajos científicos de especialistas de la desmotivación. 

En concreto vamos a hablar de la “Escala DAS , o Actitudes Disfuncionales” de Weissman y Beck,  y del  “Desamparo (pesimismo, o desesperanza) Aprendido” de Seligman
 

Para ello, vuelve a ser conveniente tener presente el cuadro base de este tema 


Comentaba yo en el capítulo anterior la relevancia de la perspectiva de positivismo o negativismo de la actitud motivacional; es decir: si lo normal es estar motivado y se nos producen accidentalmente situaciones desmotivadoras, o, por el contario, si hemos de pensar que el estado natural es de “no-motivación” por lo que siempre tendremos que “esforzarnos en acciones, procesos, o técnicas de  “auto-motivación”

Es muy habitual que muchos tratados y teorías científicas sobre el comportamiento humano se desarrollen principalmente estudiando, clasificando y “tratando” los estados de ánimo “no sanos”.  Esta es la realidad con la que nos encontramos al hablar de estas dos importantes aportaciones científicas sobre la motivación o  des-motivación.  Veamos las similitudes y las diferencias entre una y otra.


Actitudes Disfuncionales de des-motivación (Weissman y Beck)

Se aplica esta denominación a aquellas actitudes (habituales) derivadas de un desenfoque del factor “premio – reconocimiento” del que hablábamos en el cuadro anterior. Las personas con estas “disfunciones” tienen un grado de dependencia total con el reconocimiento o logro de ciertas retribuciones a sus esfuerzos o quehaceres ordinarios, de forma que son incapaces de valorar la realidad en sí misma sino siempre en base en la correspondiente respuesta que ellos (“interpretan”)  perciben en los demás.

La persona con estas actitudes, no encuentra motivos positivos para sentirse feliz en su quehacer cotidiano, bien en cuanto al trabajo en sí, en cuanto a sus logros, o en cuanto a la actitud de los demás.
Weissman y Beck  agruparon las posibles actitudes disfuncionales en 7 categorías, en virtud del centro de “afectación” que estas personas ponen en sus relaciones con los demás y su quehacer diario. Dichas categorías son  Aprobación, Amor, Ejecución (Logro), Perfeccionismo, Derecho sobre los otros, Omnipotencia y Autonomía. 

¿Qué interpretación cabe hacer de los conceptos de actitud psicológica según los valores de la escala? 

Para cada grupo de creencias que sume un total de 15 o más puntos se considera que va a generar problemas en ese tema al que se refiere. En concreto:
1. Aprobación: La persona estará siempre pendiente de obtener la aceptación de las otras personas, incluso rechazando sus deseos personales, y será muy sensible a las señales.
2. Amor: La persona se valorará en función del amor que le muestren otras personas. Esto le generará una extrema dependencia y una baja autoestima cuando crea no tenerlo o sea rechazada.
3. Ejecución: La persona estará extremadamente pendiente de ser competente en sus tareas poniendo su valor en manos de los resultados conseguidos, expuesta a las situaciones que considere como fracasos y excesivamente centrada en el trabajo, olvidando otros aspectos de la vida como el ocio o la diversión.
4. Perfeccionismo: La persona estará excesivamente pendiente de no cometer errores en sus actividades, se exigirá hacerlo todo sin falta, y ante la mínima desviación se valorará negativamente a sí misma, de manera rígida, o a otros si no cumplen con sus normas. Su actitud general será de rigidez y con poca flexibilidad ante los cambios de la vida.
5. Derecho sobre otros: La persona creerá de manera egocéntrica (centrada en si misma) que tiene unos derechos que los otros deben de corresponder, olvidándose de los  derechos y deseos de los demás que no tienen porqué coincidir con los personales. Será fácil presa de la ira.
6. Omnipotencia: La persona se creerá excesivamente responsable de la conducta y los sentimientos de las otras personas con las que se relacionan, como si aquellas dependieran como “bebés” de ella. Se olvidará y hasta anulará las decisiones de los demás. No tendrá en cuenta que los demás son responsables de sí mismos.
7. Autonomía: La persona creerá que sus sentimientos dependen de las situaciones que vive, por lo que estará a merced de ellos. No se dará cuenta de que esos sentimientos dependen en gran parte de su forma de interpretar los acontecimientos y de las decisiones de sus actos, y que por lo tanto puede llegar a controlarlos en gran parte.

Cuando yo presento estas 7  “actitudes disfuncionales” en un curso, o taller, sobre “auto-motivación” emocional, suelo preguntar a los asistentes: “Bien, ¿comprendéis el significado específico de cada disfunción?”, y suele haber una respuesta general, o claramente mayoritaria de los que contestan que sí. Y entonces yo suelo hacer la siguiente segunda pregunta: “Vale, muy bien, …. Entonces ¿Quién me puede explicar la relación de estas actitudes con la des-motivación?”, y oh misterio, generalmente todos se quedan callados, despistados, como si evidentemente no encontrasen la relación: es como si repasasen literalmente las consecuencias enumeradas:

      1.      Necesidad de aprobación
          2.      Autoestima
          3.      Obnubilación por el trabajo
          4.      Exigencia de perfeccionismo
          5.      Consideración por los demás
          6.      Dirección de los demás
          7.      Locus de control externo

¿Dónde está la  “des-motivación”?

Según lo explican Weissman y Beck estas actitudes llevan directamente a la des-motivación y a la depresión porque estos sujetos  “son conscientes de su infelicidad”, con nada de lo que hacen reciben suficiente satisfacción y consideran que sus esfuerzos son inútiles, porque nunca serán suficientemente comprendidos, o apreciados, o valorados.

Volvemos así al concepto fundamental que yo señalaba en el primer capítulo de esta sección: la diferenciación fundamental entre  “motivación externa”  y “auto-motivación interna”. En todos los tipos de actitud contemplados en la escala DAS el sujeto está dominado por un locus de control externo, ha puesto su nivel de motivación en lo que reciba del exterior, y como percibe ese exterior siempre de forma irreal e insuficiente nunca podrá sentirse suficientemente motivado; o, lo que es lo mismo, paulatina e inexorablemente ira caminando hacia la des-motivación y depresión.


Teoría del “Desamparo Aprendido”, de Seligman

Martin Seligman está considerado como uno de los mejores especialistas en el optimismo y la felicidad, lo que se conoce como psicología positiva, y con varios libros auténticas superventas, como The Optimistic Child, Learned Optimism, Authentic Happiness y What You Can Change and What You Can't.

Y es precisamente en uno de esos libros, “Learned Optimism” donde desarrolla  sus opiniones sobre las razones profundas de actitud  “pesimista” que llevan a la persona a la “DESESPERANZA”

Los 3 ámbitos, o actitudes “pesimistas” y “desesperanzadoras” que contempla Seligman son:


Seligman explica cómo según sea nuestra forma de pensar sobre nuestra realidad, sobre las cosas que nos suceden, y sobre nuestras actitudes, así será de verdad la realidad. Es decir iremos adquiriendo (por aprendizaje) un grado de desesperanza o de positivismo.

De ahí que presente una clasificación de nuestras posibilidades de éxito, o de fracaso, según estas actitudes adquiridas. Dicha clasificación, a la que el denomina “Estilos Explicativos” del comportamiento positivo, o negativo, sería la siguiente


Aunque el cuadro es bastante comprensible, voy a comentar un par de posibilidades para aclarar cualquier duda al respecto:

¿Qué piensa-siente una persona con personalidad optimista sobre el “éxito”?; pues piensa-siente que puede tener éxito siempre, en cualquier actividad, y está en su manos.

Por el contario, una personalidad pesimista, ante cualquier éxito que tenga pensará que es meramente circunstancial, que ha sucedido solo para un tema concreto, y que además se ha debido a la suerte o a cualquier circunstancia externa

Por lo que respecta a una situación de fracaso, el optimista piensa-siente que es un mero accidente ocasional, cuya trascendencia es concreta y limitada y que realmente no se debe “a su culpa”

Por el contrario, el pesimista pensará y sentirá que ha vuelto a fracasar como siempre, que le pasa en todo y que el daño o desgracia es tremenda, y que, además, ha sido por su culpa.

Y Seligman acaba asegurando que estas formas de pensar acaban siendo nuestra forma de vivir: mientras el optimista se va auto-motivando y fortaleciendo en cada nuevo “éxito”, el pesimista se va desesperanzando paulatinamente no sólo con cada fracaso sino incluso con cada éxito, ya que va perdiendo su capacidad de valoración de los mismos y de atribución a su quehacer.


En definitiva, el principio básico de todo este curso:




En el capítulo siguiente os ofreceré los dos test para medir nuestra situación respecto a estos dos enfoques de situaciones psico-emocionales desmotivadoras. Con ellos comprenderemos aún más claramente lo aquí expuesto














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