Comenzamos la tercera sección de la Parte Tercera del
Curso.
Sección 33, dedicada a la Automotivación, como tercera “pata” del trípode.
Pero para iniciar esta Sección me parece imprescindible que volvamos al
comienzo (Capítulo 3101) para refrescar el enfoque de todo el planteamiento de
esta parte del Curso dedicada a la habilidad de la “Autorregulación Emocional”
Comenzaba el citado capítulo diciendo que esta Tercera Parte del Curso es --junto
a la Cuarta (“Coherencia Vital”)- las que dan el carácter de “Gestión Emocional” frente a los cursos más
frecuentes de “Inteligencia Emocional”, o
“Control Emocional”.
Y, para ello, recordaba el concepto global de “Gestión Emocional” que
determina este Curso: “Se trata de conocer y comprender que “SER feliz” es lo mismo que “VIVIR
feliz”; que SER FELIZ significa ser capaces de GESTIONAR de forma feliz nuestra
vida diaria, y que en nuestra vida todo es emocional y afectivo, porque son las
emociones y lo que nos afecta lo que nos mueve a actuar y a hacerlo de una
determinada forma”
Por eso, añadía, la Autorregulación Emocional (A.E.)
--> NO ES
“Control, dominio, ni anulación de nuestras emociones
--> Ni tan siquiera…“superación” de una emoción o
sentimiento negativo
--> ES, debiera ser:
“Aprendizaje”, “Crecimiento Personal”…..
“El camino de la VIDA”
La A.E. es la habilidad básica para el desarrollo
exitoso del proceso de gestión emocional. Sería “la habilidad necesaria para
manejar las emociones propias y ajenas en orden a obtener los objetivos
pretendidos”.
Y una definición conceptual más completa podría ser la
siguiente:
Esta definición, tan pormenorizada, nos permite un recorrido por la misma
detectando todas las características del concepto de Autorregulación emocional
(A.E.)
En primer lugar encontramos la palabra “estrategia”. Una estrategia denota siempre acción, puesta en
práctica. La A.E. sería pues la puesta en práctica (la manera de llevar a cabo)
de las técnicas de gestión emocional…en orden a lograr el objetivo previsto.
Esta concepción es muy importante, porque de ella se deriva el concepto de
“Automotivación” como “la fuerza que nos
permite, nos impulsa, a realizar la adecuada gestión de nuestra vida
emocional”; es decir: la A.E. sería imposible sin la “Automotivación”; ésta
es “el combustible” que nos permite
aplicar la estrategia de gestión adecuada.
Y, como premisa básica de este Curso: << con la
mirada puesta en el objetivo vital de sentirnos felices >>
Esta es, para mí, la concepción básica de la habilidad de A.E. que tan limitadamente se trata en algunos ámbitos cuando hablan o
dan charlas o cursos de Inteligencia Emocional:
·
La A.E. no es mero control
emocional
·
La A.E. no puede concebirse
separada de la “Automotivación”
·
Nada tiene sentido si no están
enfocadas a un objetivo vital.
En definitiva, solo estamos viendo la aplicación de
esa ley básica que repetimos continuamente en este Curso: “Tal
como pienses, sentirás; y tal como sientas, actuarás” …y no por
lo que te digan, piensen, o quieran los demás, sino siendo siempre consciente
de que tú eres el “auriga” de tu propia vida
Con este recordatorio del contenido básico del
capítulo 3101 estamos en condiciones ya de adentrarnos más a fondo en el
concepto de la “Automotivación Emocional”, y lo primero que deseo poner de
relieve es algo tan sencillo, elemental y básico como la diferencia entre el
concepto de “Motivación” y “Automotivación” o -según la terminología de
Yeerkes y Dodson- “motivación interna, o intrínseca” y
“motivación externa o extrínseca”
La primera es la típica del mundo empresarial o
deportivo, en el que el Jefe, o entrenador “arrastran” con sus arengas a
acciones y actitudes ajenas para lograr un éxito concreto y temporal. También
es el caso de las grandes batallas de la historia, aunque en éstas suele haber
motivaciones más sentimentales como el honor, la defensa de la Patria, la
salvaguarda de la vida propia o de los nuestros, etc…
En el otro lado se encuentra la motivación propia,
interna, o auto-motivación que es la que depende exclusivamente de nosotros mismos
y de la fuerza y satisfacción del logro de nuestros objetivos vitales.
A continuación veremos las principales diferencias
entre una y otra en el contexto de la gestión emocional, pero voy a poneros
antes un pequeño cuadro de ejemplo, sobre una situación concreta, para mostrar
las diferencias que luego comentaré.
En esta imagen de ejemplo he querido reflejar de
entrada la que para mí constituye la principal diferencia entre una motivación
externa y la auto-motivación como habilidad personal de gestión emocional: “de
dónde nos viene la gratificación, el reconocimiento”, si de nosotros mismos,
del sentimiento gratificante de nuestro propio crecimiento personal, o de los
demás
Y ¿cuál es la consecuencia fundamental que se
deriva de esta diferenciación?, pues que bajo la perspectiva de la
auto-motivación cada logro obtenido es un “refuerzo” interno que ya nadie nos
quitará, y que paulatinamente nos irán dando más y más confianza y tranquilidad
y paz interior, mientras que las motivaciones externas siempre serán peldaños
de un camino interminable de exigencias cada vez mayores.
Pensemos, por ejemplo, en la realidad empresarial
de un equipo de vendedores que año tras año se les exige más y más ventas. O en
un equipo deportivo que cada año tienen que igualar o superar los éxitos del
anterior porque si no se consideran que ya no tienen el nivel requerido….y se
cambian a los jugadores antes ensalzados como verdaderos héroes, o se les
olvida, o incluso vilipendia. O un ganador de un festival de la canción que o vende
cada año más discos o desaparece de las listas. Etc…
En cambio, la persona que logra vivir con
auto-motivación, vive sintiendo el sentido de su vida, su razón de ser, y cada
vez, según van pasando los años, se encuentra más en paz consigo mismo, más “sabio”.
Podríamos poner, pues, este otro cuadro expresivo
de las diferencias entre motivación externa y auto-motivación:
¿Cuáles serían las situaciones emocionales contrarias a un
satisfactorio estado de auto-motivación?
Podemos señalar, como más claras y frecuentes las
siguientes:
Desánimo : Pérdida del ánimo, del valor, de
las ganas de actuar
Desesperanza : Pérdida de confianza en que algo que esperábamos
o deseamos realmente sucederá
No es lo mismo que
“Desesperación”, que es el estado producido por una pérdida real y definitiva
de algo que se tenía y se deseaba mantener
Desestimación : Minusvaloración de la meta u objetivo (“no merece la pena”)
Desistimiento : Abandono del camino o tareas
iniciadas
Paralización : Estado de ánimo dominado por el miedo,
que nos impide seguir adelante en nuestros objetivos
Depresión : Imposibilidad, o incapacidad, para detectar
cualquier atisbo de esperanza o positivismo en todos los aspectos de nuestro
entorno
Y ¿por qué se pueden producir estas situaciones de des-motivación, y cómo
hacer frente a las mismas?. Bien, este es el contenido de esta sección 33, que
iremos desarrollando en los sucesivos capítulos; pero para comprenderlo creo
que puede ser útil este tercer cuadro que os pongo a continuación
Como podéis ver en este cuadro, considero tres
importantes tipos de factores determinantes de lograr, o no lograr, una
actitud o capacidad habitual de auto-motivación: los debidos a la naturaleza
objetiva de las situaciones, dificultades, o metas; los debidos a nuestras
actitudes y capacidades personales; y los debidos a la influencia de los
elementos sociales (concepto de “sociabilidad” que siempre está presente en el
enfoque de este Curso).
Bien, profundizaremos en este cuadro a partir del
próximo capítulo. Creo que como presentación inicial del tema ya es suficiente
por hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario