Suele
definirse la personalidad como nuestra forma habitual de comportamiento: un
estilo o manera de reaccionar ante las situaciones, en base a todos nuestros
conocimientos y experiencias emocionales
Diríamos,
pues, que sí nos comportamos como somos, como “nos hemos hecho”. … pero ¿qué
hay detrás de frases como “en el fondo él no es así”, o “¡¡si yo no soy así…; no sé lo que me pasa!!”?
¿Cabe,
pues, que exista en nosotros un comportamiento “habitual” distinto de nuestra “forma
de ser”?
Bien,
a lo largo de esta sección iremos aportando elementos de valoración que puedan
llevarnos a cada uno a su propia conclusión. Yo, personalmente voy a partir del
siguiente planteamiento:
1º.-
Es evidente que a nivel “popular” es perfectamente admisible que una persona
pueda comportarse distinta de cómo “es en el fondo”
2º.-
“Por sus obras los conoceréis”. A posteriori, a las personas no se les juzga
por lo que “pudieron hacer” sino por lo que hicieron. No se las juzga por cómo
pudieron comportarse sino cómo se comportaron realmente. Es decir. Si empleamos
una visión retrospectiva siempre se habla de cómo “fue” una determinada
persona, nunca se habla de cómo pudo haber sido
3º.-
El objetivo de este curso es poder llegar a afirmar que “soy como quiero ser”.
Soy el auténtico gestor de mi vida
Esta
diferenciación entre nuestra teórica personalidad y nuestro real comportamiento
se traduce terminológicamente en “RASGOS” de personalidad y “TIPOS” de
comportamiento
En
esta sección vamos a trabajar a fondo con soportes suficientes para que cada
cual pueda irse identificando con unos y con otros
¿Cómo
se transmite todo esto en nosotros?
Hay
un test que está unánimemente admitido como probablemente el más completo en el
análisis de la personalidad. Este test (tras varias adaptaciones y
actualizaciones) es el denominado NEO PI-R, y lo que analiza son los que hemos
denominado “RASGOS de Personalidad”
El
estudio de los diferentes “TIPOS de Comportamiento” podríamos trabajarlos a
partir de dos sistemas diferentes : el
DSM III, que es un test médico para determinar comportamientos
desadaptados, o el ENEAGRAMA que, aunque
menos respaldado científicamente es un instrumento de mucho más frecuente uso.
Finalmente,
la sección finalizará con análisis y comentarios sobre las posibles
discrepancias que pudieran haber salido entre el test de RASGOS y el test de TIPOS, por lo que es imprescindible
realizar ambos test para sacar algún fruto de toda esta sección del curso.
Así
pues, os animo a que no dejéis de leer el próximo capítulo y que me solicitéis
el test. Os aseguro que es lo más completo que podáis hacer para conocer
vuestra personalidad.
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