Os dije en el anterior capítulo (1501) que éste sería
mucho más corto y ameno.
Y para ello me voy a ceñir a poneros unos cuantos
ejemplos de una de las distorsiones cognitivas más frecuentes: El “Sesgo Confirmatorio” que, como dijimos,
consiste en un posible error perceptivo
por “ver solo algo que refuerce lo previamente
ya tenemos en la mente”.
Los ejemplos que voy a poner son “demasiado banales”, de “escasa
importancia”, casi de juego; pero son claros y ayudan a entender en qué
consiste esta distorsión.
Veamos el primer caso.
Supongamos que tenemos la siguiente serie de números
Si nos preguntaran cuáles son los tres siguientes números,
la mayoría de nosotros diríamos que
Lo cual es muy lógico y puede ser la solución correcta.
Lo cual es muy lógico y puede ser la solución correcta.
Pero ¿qué pasaría si nos dicen que el siguiente es el 10 en vez del 8?
Casi seguro que diríamos que ni hablar, que es un error. Probablemente no estaríamos dispuestos ni a escuchar al otro, ….y quizás ni tan siquiera a admitir que los tres siguientes números de la serie son
Ya que cada número se forma con la suma de los dos
anteriores, partiendo de los iniciales: 6=2+4
10=4+6 16=6+10 26=10+16
Pero ahora viene un tercero en discordia y nos dice que
para él, los dos siguientes números de la serie debieran ser 12 y 18 . En principio a lo mejor tenemos ganas de
mandarle a la porra; luego, pensando que anteriormente ya nos habían hecho ver
la posibilidad de que estuviésemos “cerrados” a otras posibilidades, trataríamos
de escuchar al otro y le pediríamos que nos diga cuál es su serie.
Que podría ser
Que podría ser
Y que nosotros, ya hartos de intentar “comprender a los demás”, diríamos que ni hablar, que eso no tiene ninguna lógica.
Y sí puede tenerla: 4=2*2 6=2*3 12=6*2 18=6*3 36=18*2 54= 18*3
Como he dicho antes, esto es un mero juego matemático; pero esta “incredulidad” ante otras posibilidades distintas a las que nosotros damos por buenas las ponemos en marcha continuamente; y esto puede hacernos crear un ambiente más tenso, menos relajado, menos comprensivo en nuestras relaciones interpersonales
Veamos un segundo ejemplo.
En este caso nos vamos a referir a una típica “interpretación de datos”
Supongamos que vemos estos datos de relación entre días de lluvia y consultas al médico por problemas de artrosis
Una primera interpretación es que “efectivamente”, “sin duda”, los días de lluvia aumentan los problemas de
artrosis. … “No hay más que ver”: 14
frente a 7; o 14 frente a 6
Pues quizás sí haya algo más que ver:
*.- En primer lugar, si bien es cierto que en los días de lluvia los 14 casos de artrosis son “el doble” de los 7 casos sin artrosis, no deja de ser menos cierto que en los días sin lluvia los casos de artrosis son “el triple” que los casos sin artrosis
**.- Los casos de artrosis con lluvia (14) son 2,33 veces los casos de artrosis sin lluvia (6); mientras que los casos sin artrosis los días con lluvia (7) son 3,5 veces los casos (2) sin artrosis de los días sin lluvia
Lo que nos llevaría a concluir que el aumento de casos de artrosis de los días de lluvia frente a los de no lluvia, es menor que el de los casos de no artrosis.
Como veis, otro ejemplo de que no podemos cerrar nuestra mente a ver la realidad desde otras perspectivas.
Pues quizás sí haya algo más que ver:
*.- En primer lugar, si bien es cierto que en los días de lluvia los 14 casos de artrosis son “el doble” de los 7 casos sin artrosis, no deja de ser menos cierto que en los días sin lluvia los casos de artrosis son “el triple” que los casos sin artrosis
**.- Los casos de artrosis con lluvia (14) son 2,33 veces los casos de artrosis sin lluvia (6); mientras que los casos sin artrosis los días con lluvia (7) son 3,5 veces los casos (2) sin artrosis de los días sin lluvia
Lo que nos llevaría a concluir que el aumento de casos de artrosis de los días de lluvia frente a los de no lluvia, es menor que el de los casos de no artrosis.
Como veis, otro ejemplo de que no podemos cerrar nuestra mente a ver la realidad desde otras perspectivas.
Y, finalmente, un tercer ejemplo, éste con figuras gráficas:
Supongamos que tenemos estas cuatro figuras geométricas
Si preguntásemos si alguien ve un cuadrado quizás alguno
diga que sí, pero la inmensa mayoría de la gente diría que no. La realidad es
que ahí no hay ningún cuadrado.
Pero imaginemos que una de las figuras se mueve tal como muestra la imagen.
Ahora, probablemente, habría más personas que dirían que
sí ven un cuadrado; pero lo están imaginando; en realidad no existe ningún
cuadrado.
Damos un paso más y se mueve otra figura.
Y, finalmente, movemos la cuarta figura, y ahora ya casi todos verán el cuadrado, ….aunque en la realidad sigue sin haber ningún cuadrado (línea cerrada) .
Este fenómeno es típico de la política, la publicidad y
todos los extremismos: “nos hacen ver” una realidad que no existe realmente, y
en base de ella actuamos.
¡¡Y no solo eso!!; sino que muy a menudo tachamos de “tontos” a los que no ven lo que nosotros sí vemos; ….aunque quizás ellos tengan más razón que nosotros.
Bueno, espero que este capítulo os haya resultado más ameno que el anterior (aunque no es más importante) y os haya permitido tomar consciencia de cuán a menudo nos dejamos llevar por esta distorsión cognitiva.
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