Esperando que todas y todos los que me leáis notengáis ninguna necesidad de poneros en manos de especialistas en terapias cognitivas, vamos a ver hoy
unas pocas indicaciones de cómo hacer frente a estas distorsiones cognitivas
que vimos en los capítulos anteriores, con nuestros propios medios
Pero antes de
ello me parece oportuno que refresquéis lo visto con un par de vídeos.
Os los
dejó aquí los dos y podéis verlos seguidos, uno de ellos sólo, o dejarlo para
cuando más os apetezca. No añaden grandes novedades a lo visto (en texto)
anteriormente, pero sí ayudan a sentirse identificado (quizás) con alguna de
las situaciones que se reflejan en los mismos y, sobre todo, creo que propician
bastante una mejor comprensión de las medidas de afrontamiento que luego
recojo.
Video “Todo o
Nada”
Vídeo “Dist.Cogn.-2-”
¿Y cómo hacer frente a este tipo de
distorsiones?
Trabajando en
tres frentes :
Ø Buscando – valorando la “objetividad” de
los hechos y situaciones
Ø Sintonizando (y afrontando) el “grado de
malestar” que nos producen
Ø Analizando
su “utilidad”
¿Qué
estrategias son buenas para lograr la “objetividad” de los hechos y
situaciones?
• ¿Qué datos objetivos tengo a favor de ese
pensamiento?
• ¿Qué datos objetivos tengo en contra de ese
pensamiento?
• ¿Cuáles son los motivos en los que fundamento
mi pensamiento?
• ¿Podría pensar de otro modo?. ¿Realmente no
depende de mí?
•
Si este pensamiento lo tuviera otra persona,
¿qué le diría para que se diese cuenta
de su distorsión? (soliloquio – espejo)
Ahora os pongo
escuetamente unas estrategias de preguntas para sintonizar con el grado de
malestar y con la utilidad de esos tipos o hábitos de pensamientos
==> Sintonizando (y afrontando) el “grado
de malestar” que nos producen
• Cuando tengo este pensamiento, ¿cómo me
siento?
• ¿Con qué frecuencia lo paso mal cuando me
siento así?
• ¿En qué áreas de mi vida cotidiana influye
que yo piense así?
•
¿Respondo emocionalmente con mucha alteración
cuando pienso así?
===> Analizando
su “utilidad”
• ¿Para qué me sirve pensar de ese modo?
• ¿Es positivo o negativo pensar de este modo?
• ¿Me beneficia o me perjudica?
•
¿Logro mis objetivos pensando de esa manera?
Pero más allá de
poneros esta simple relación, lo que yo deseo brindaros es una forma de “pensarse”,
de “trabajarse!” en relación a estas dos
últimas cuestiones. Vamos a ver si lo hago de una forma sencilla y entendible:
Mirad, yo pienso que las personas “sanas”
hacemos las cosas porque “en el fondo…¡¡nos
compensan!!”. Es decir: casi todo lo que hacemos, y repetimos, es porque ….”no
nos ha ido tan mal haciéndolo así”. Por eso, en mi opinión, responderse
conjuntamente a los dos grupos de preguntas anteriores creo que es una
excelente forma de “responderse a la
verdad de nuestra forma de actuar”, …porque con este tema de las “Distorsiones
Cognitivas” --¡¡que sin duda alguna que objetivamente son contraproducentes en
un plano teórico!!, pues (en cualquier caso) nos hacen vivir una cierta “irrealidad”--
se da, o puede darse, el hecho de que
realmente sean “instrumentos” de
manipulación o supervivencia que cada uno utilice en según qué situaciones.
Por eso, una
persona sana debe responderse, sin engaños, a si realmente es forma de actuar
le produce realmente malestar o, por el
contrario, constituyen una forma “maliciosa” de obtener ciertos resultados.
En esta sección
15 del Curso he querido hablar de las Distorsiones Cognitivas como hábitos (semi-automáticos)
“perjudiciales” para lograr un nivel adecuado de bienestar y felicidad, en el
sentido total, complejo, del ámbito de las relaciones interpersonales y
vivencias propias internas de cada uno; no como hábitos (voluntarios o conscientes)
de manipulación propia o ajena.
Bien, con este
capítulo acabamos la teoría sobre las Distorsiones Cognitivas. El próximo día
os proporcionaré un Test al respecto
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