Comenzamos una nueva entrada del Curso
con el gráfico conceptual de la I.E. con el que acabábamos la anterior; ¿y por
qué?
Recuerdo una anécdota que me contó una
psicóloga de un Instituto de secundaria: Unos padres habían detectado que su
hijo, que en los años anteriores estudiaba y sacaba unas notas de maravilla,
ahora estaba obteniendo muy malos resultados y se le veía con una apatía
enorme. Los padres, temiendo problemas de otra índole, quisieron hablar con la
psicóloga del centro, y ésta lo hizo con el joven estudiante, y lo primero que
se le ocurrió fue hacerle un test para medir su C.I. (Coeficiente de
Inteligencia) y hacerle ver el gran potencial que tenía. Pero cuál fue su
sorpresa cuando la primera frase respuesta del chico ante el elevado CI fue “¿y
para qué?”.
Y os voy a contar también un chiste
malísimo: Un aldeano le dice a otro : “tengo un burro que vale un potosí,
fíjate que hasta lee libros y todo”. Su compañero le dice :”¿pero cómo va a saber
leer un burro?. Vamos a verlo”.- Así que cogen un gran libro, se van donde
estaba el burro, se lo ponen delante y el burro …ni papa.- “Ves como no sabe
leer?” dice el amigo.- A lo que le contesta el dueño del burro: “no, si él leer
sí lee, lo que pasa es que no sabe hablar”.
¿Qué he querido poner de relieve con
estas dos historias?
Que “tener” unas determinadas
capacidades intelectuales no es lo mismo que “ser” inteligente. “SER” significa
“vivir”, y -como seres humanos que
somos- significa vivir en relación con los demás, y como ya hemos dejado bien
sentado en nuestras lecciones anteriores que nuestro “actuar” está íntimamente
ligado a nuestra forma de vivir nuestra emocionalidad, nuestro nivel de I.E.
será la “habilidad” (capacidad
desarrollada) que tengamos para dicha convivencia con los demás…. ¡¡en orden a
conseguir nuestros objetivos vitales!!
Y de eso trata este capítulo, de
conocer cuáles son las que se denominan “Habilidades
de la I.E.” que, siguiendo a
Goleman, son las siguientes :
- Auto-conocimiento : O “conciencia de sí mismo”. Ser capaz de auto-evaluarse y examinar sus emociones y su impacto en el rendimiento, buscando en sus fortalezas y debilidades; tener la certeza acerca de sus capacidades, valores y objetivos, y aprender de sus experiencias.
- Auto-regulación: Capacidad de controlar el estrés, la presión y los factores temperamentales; ser positivo y centrado en la acción; y fomentar confianza y autocontrol.
- Motivación : Capacidad para el compromiso; actuar por el logro y el disfrute del reto; capacidad para tomar iniciativas y comprometerse con los objetivos del grupo; capacidad de resistencia y superación de situaciones de adversidad
- Empatía: Capacidad de ver y comprender los puntos de vista de otras personas, sus necesidades y sus limitaciones; de captar los sentimientos y estados anímicos de los demás; de no dejarnos llevar frente a los otros por conductas estereotipadas y culturales.
- Habilidades sociales: liderazgo y habilidades que influyen, como la persuasión, la comunicación, habilidades de escucha, negociación, juego en equipo y cooperación, resolución de conflictos, la capacidad de inspirar y guiar a los demás, la capacidad para iniciar y gestionar el cambio y la capacidad para lidiar con las emociones de los demás - especialmente las emociones del grupo.
A lo largo de todo el Curso se van
a ir desarrollando de forma específica cada una de estas habilidades. Así, por
ejemplo, la primera “Autoconocimiento”, constituye toda la Segunda Parte del
Curso. Y “Autorregulación” y “Motivación” constituyen la Tercera Parte.
Por ello, no voy ahora a profundizar conceptualmente en las mismas, pues
incluso, como luego se verá, mis planteamientos tienen ciertos matices diferenciadores
con los expresados por Goleman.
En este sentido --y esta diferenciación sí quiero señalarla
desde este momento—la denominada “Habilidades Sociales” por Goleman, está (en mi opinión) demasiado enfocada hacia el
“factor liderazgo” y el mundo empresarial (de ahí el éxito de su libro), cuando
en el fondo de los planteamientos “de
búsqueda de la felicidad” de hoy en día se tiende mucho más hacia un enfoque de
“integración con el entorno social”.
De
ahí que en todo este Curso esta quinta habilidad de la I.E. yo la denomine “Sociabilidad”
.
Así como la “Empatía” hace relación más a las relaciones bilaterales con los
demás (aunque sean múltiples), la Sociabilidad haría relación a nuestra
postura, o integración con la situación, objetivos y actividades de nuestro
entorno comunitario (círculo familiar, deportivo...; ciudad, país, etc…)
En
la siguiente entrada (Test de Habilidades de la I.E) incluyo mis personales
definiciones conceptuales de estas 5 habilidades, orientadas al significado del
presente Curso
Al final de esta entrada encontraréis
un vídeo que --aunque un poquillo largo
(23 minutos)-- viene a ser un cierto compendio de todo lo visto hasta ahora.
Por tanto, constituye una buena herramienta de formación. Y el próximo día os
ofreceré un test sobre vuestro nivel de I.E.
Pero para sacarle el máximo rendimiento
a ambas cosas creo que es bueno que acabe este capítulo con un par de cuestiones
adicionales sobre la comprensión conceptual de nuestro “actuar”.
Nos preguntábamos en el capítulo 1201
¿qué rige nuestra forma de actuar?; ¿cuál es
nuestro proceso o
sistema de decisión? ¿racionalidad versus
emocionalidad?
Supongamos que nuestras decisiones se
tomen en virtud de 4 factores:
·
Los
datos de entrada, o información sobre la que decidir
·
La
memoria, o datos comparativos a utilizar
·
El proceso
de tratamiento de ambos factores anteriores
·
Y la
salida o decisión del proceso
Si consideramos este proceso en un PC,
deberemos de admitir que (salvo error de programación o funcionamiento) en base
a los datos de entrada y su tratamiento por el programa adecuado y los datos de
memoria utilizados, la salida será siempre la misma.
Si aplicamos este análisis al
procedimiento de decisión de nuestra inteligencia racional, debiéramos admitir
que el proceso y solución sería el mismo que en el caso anterior, con las
salvedades de nuestras capacidades de manejo de datos, y posibilidades de error
de procedimiento; pero qué duda cabe que cualquier buen profesional (médico, futbolista,
contable, o camionero) obtienen los mismos o semejantes resultados en la
habitualidad de sus decisiones técnicas.
Pero ¿qué pasa con nuestra I.E.?; ¿qué pasa con
nuestra emocionalidad en cada toma de decisión?... pues que
Comprender y “asumir” este cuadro de
decisión es fundamental para poder comprender nuestras propias acciones y las
de los demás. No cabe objetividad alguna en las “vivencias” de las situaciones: todo lo que “nos sucede” --interior o externo-- está “emocionalizado”
por nosotros y por los demás; así que hay que “saberse mover” en este campo tan
distinto del técnico y racional.
Como conclusión de todo os dejo estas
dos frases
Y aquí tenéis el vídeo resumen
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