En el próximo capítulo entraremos en el
tema de la Inteligencia Emocional (I.E.); pero antes, como ya muchas/os habréis
realizado el Test de Impulsividad o “libertad emocional”, creo conveniente
hacer unos comentarios finales sobre el mismo.
En la versión original que
yo recibí de este test la clasificación final se establecía en los siguientes niveles:
Nivel mínimo, o “Témpano emocional”
Nivel medio, o “Reservado”
Nivel alto, o “Volcán en erupción”
Niveles o denominaciones que yo he
preferido “diluir” un poco de esa
terminología tan expresiva y comprensible pero, quizás, un poco extremada.
No obstante, las características “de comportamiento” que atribuían a esos tres
niveles sí me parece interesante que las conozcáis, pero teniendo siempre
presente que -en mi opinión- nuestro comportamiento no suele ser tan
evidente en uno u otro tipo sino que puede haber “mezcla” de todos ellos, aunque sí es cierto que para
lograr los objetivos de este Curso es fundamental que conozcamos y aceptemos cuáles
son nuestros habituales parámetros de comportamiento.
Pues bien, los comentarios que caben
hacer para los tres citados niveles serían:
Nivel mínimo : Debe preguntarse por qué no expresa sus emociones: si por un
excesivo control, o por incapacidad para expresarse. No olvide que la
"represión" de nuestros sentimientos no es buena ni física ni
psicológicamente. En cualquier caso,
trate al menos de ver si esta conducta le reporta alguna ventaja, y si es consciente
de ello. Pero nunca olvide que la empatía es importante y quizás los demás no
aprecien mucho su frialdad.
Nivel medio : Probablemente Vd. es
suficientemente emocional, pero se controla en sus expresiones ante los demás.
Un análisis más extenso le permitiría precisar y valorar cuáles son las
situaciones en las que se manifiesta más su emotividad, y cuáles en las que se
controla respeto a los demás y a sí mismo; condicionantes sociales; intereses,
u objetivos concretos…
Nivel alto : Tiene
Vd. todo el potencial deseable para vivir satisfactoriamente su vida emocional,
pero es probable que en algunos momentos tenga que pagar un precio alto por
ello; principalmente en relación con las personas que no piensen y sientan como
Vd. No olvide que los demás también
quieren sentirse a gusto según sus propias emociones. No puede imponer las
suyas
Bien,
y finalmente, mi más particular reflexión sobre la impulsividad o libertad
emocional
En
un trabajo científico, universitario, académico, debería documentar, explicar
ampliamente los diversos caracteres respecto a la impulsividad ; pero como de
esto se habla en la Segunda Parte de este Curso (Autoconocimiento), no voy a
entrar ahora en ello. Pero como suele decirse: una imagen vale más que mil
palabras, y la imagen que os traigo es la siguiente
¿Os acordáis de esta escena de la
película Ben-Hur?
Se trata de la primera vez que Ben-Hur
llega, en compañía de Baltasar, al campamento del jeque árabe y ve cómo se está
entrenando su cuadriga para la carrera. En el momento que la cuadriga va a
entrar en una curva Ben-Hur le comenta a Baltasar : “Se van a salir”, y
efectivamente eso sucede. Luego, cuando Baltasar le dice al Jeque que Ben-Hur
lo anticipó antes de que sucediese, el Jeque le pregunta cómo lo sabía, y
Ben-Hur le contesta: Porque los caballos estaban mal colocados: el más lento va
por la parte de afuera, y el más rápido por la de adentro, por lo que éste
arrastra a los demás hacia afuera.
Pues bien, el ser humano podemos verlo
como esa cuadriga: tenemos dentro de nosotros todos esos impulsos que nos
llevan a una acción súbita y a acciones más reflexivas, a acciones de pura
satisfacción para nosotros y a acciones pensando más en los que nos contemplan,
y lo que tenemos que hacer es saber gestionar adecuadamente todos esas
posibilidades de la forma más conveniente en cada situación y objetivos que nos
propongamos.
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