BLOG COMPLEMENTARIO

6 sept 2014

1101.- ÁMBITO Y SENTIDO DEL PROCESO



Si uno bucea por internet buscando cursos, talleres, o libros sobre emociones, encontrará muchísimos en cuyos títulos se encuentren conceptos tales como “inteligencia emocional” o “control emocional”  e, incluso, “autocontrol emocional”, pero muchos menos que se decidan a titularse “gestión” emocional.

Y esto es lo verdaderamente importante de este proceso: su título, su enfoque, la filosofía que lo informa: “el ser gestores de nuestras emociones” es el secreto para caminar seguros por la senda de la felicidad.

Toda esta primera parte consiste, pues, en lograr comprender, asumir y asimilar, la filosofía que encierran los conceptos de
·      Gestión
·      Emocionalidad
·      Camino
·      Felicidad
¿Qué  significa  GESTIÓN ”?   
Estamos muy acostumbrados a emplear la palabra, el concepto de gestión, en el mundo laboral, económico, empresarial, o incluso deportivo, o familiar. Daría la impresión que el concepto de gestión lo ponemos siempre en algo fuera de nosotros, fuera de nuestro interior. Creo que aceptamos mucho más fácil la idea de que “tenemos que controlar nuestras emociones” de la idea de que tenemos que “gestionar” nuestras emociones           
¿Qué significa realmente la palabra “gestión” …en todos los campos de ejemplo señalados anteriormente? ¿Cuáles son los elementos de un proceso de gestión?
1º.  Tener  un objetivo, o meta, a conseguir
2º.  Disponer de unos recursos para lograrlo
3º.  Aplicar los procedimientos adecuados
4º.  Asumiendo la responsabilidad de los resultados
¿Por qué digo que debemos ser gestores de nuestras emociones?
Si a cualquiera le preguntásemos “tú ¿querrías ser realmente gestor de tu vida, de tu felicidad, de tu bienestar?”, casi con toda seguridad nos diría que sí; pues bien, todo en esta vida es emoción. Emoción equivale a e-movere, lo que nos mueve. Si no existiesen las emociones no existiría la fuerza vital. Si uno se des-motiva, se des-emociona, deja de “vivir”….aunque aún siga respirando

Nada, nada absolutamente, ninguna de las cosas que nos han sucedido en la vida, se han producido sin alguna causa, algún origen, sin algún efecto…o, más acertadamente: sin algún “afecto”. Porque la “emocionalidad” es la misma realidad que la “afectividad”: son las dos caras de una misma moneda: todo nos afecta (en una medida u otra, hasta la posibilidad de inexistencia absoluta de afectación) y toda afectación produce una determinada emoción en nosotros 

Todo en nuestra vida es emoción . 
Cuando nos enamoramos, cuando vemos nacer a nuestro primer hijo, o cuando vemos corretear a nuestro alrededor cualquier niño inocente y sin los problemas que nosotros tenemos. Emociones, nevios y estres en nuestras etapas formativas y profesionales. Emociones y competividad en nuestros éxitos o fracasos deportivos. Y ¡¿qué decir de los sentimientos que se nos generan ante la enfermedad o la muerte de seres queridos, o de capas sociales o pueblos masacrados por guerras o situaciones de miseria?
Todo es emocionalidad

Por tanto, “gestionar nuestras emociones” significa estar gestionando nuestro principio vital, nuestra Vida. Nos preocupamos (u ocupamos) de comer adecuadamente; nos preocupamos (u ocupamos) de formarnos y prepararnos técnicamente, profesionalmente; y hasta planificamos actividades sociales y deportivas. Y de nuestras emociones ¿cuándo nos ocupamos de ellas?. En distintos momentos y situaciones nos sentimos con distintas emociones, sin duda alguna; pero ¿somos conscientes de qué tipo de emoción estamos sintiendo, por qué sentimos esa emoción de esa forma, y qué consecuencias está teniendo en nuestro estado de bienestar o felicidad? Temo que la respuesta a esta pregunta sería muy frecuentemente NO. 

Pues bien, este es el objetivo principal del proceso: “su motivo”: propiciar darnos cuenta que ser gestores de nuestras emociones es ser gestores de nuestra vida…¡¡de cómo vivamos, sintamos cada minuto de nuestra vida!! …mucho más que la formación, las finanzas, o las buenas, o malas compañías: todo eso es lo exterior a nosotros: las emociones son nuestra forma de sentir y reaccionar ante esos “afectadores”, y de nuestras capacidades y habilidades para gestionar estos sentimientos y estas respuestas dependerá en definitiva nuestra felicidad o infelicidad

 

¿Qué significado tienen los conceptos  “camino”  y  “felicidad” en este proceso?

Significa asumir dos aspectos básicos: 

El primero es que la felicidad no es algo que se venda en un supermercado; no es algo material, ni concreto, ni limitado; es un sentimiento propio, específico de cada persona y de cada momento y situación. Es algo que se ha de ir percibiendo, viviendo. La felicidad es una consciencia; un darse cuenta. La felicidad no es la cima de la montaña, es el disfrutar el camino de subida

El segundo es el famoso “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Yo espero que a lo largo de este proceso, al final del mismo, encuentres un estado de felicidad satisfactorio; pero habrás de recorrer todo el proceso, sin atajos, paso a paso. Es un todo que aunque presentado en trocitos constituye un engranaje único. Si dejas alguna pieza, alguna parte sin ponerla en marcha, sin integrarla en el todo, con seguridad que tu proyecto tendrá grietas peligrosas.





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